Creo
que queda claro para todos los que
conocen la Biblia que fue el propio Jesús quien enseñó la parábola. E con
claridad total y sin dejar dudas, esa doctrina de Jesucristo, más una vez
desmiente a la “TULIP” calvinista, los “famosos” cinco puntos.
Comienza
la parábola diciendo que “el sembrador salió a sembrar”… (Marcos 4:4). Aún dice
la misma parábola que la semilla es la palabra de Dios (Lucas 8:11). No hay
conversión sin la predicación bíblica. ¿Cómo creerán, si no hay quien les predique
y la fe viene por el oír (Romanos 10:14-17). Ya de antemano queda excluida la
depravación total, por el hecho de que todos los que oyeron tenían condición de
creer y tomar una decisión. Del mismo modo, la regeneración anterior a la fe,
porque la semilla fue lanzada, la palabra predicada y el resultado va depender
de la actitud de cada persona al mensaje del evangelio. Nadie fue regenerado
antes de escuchar la prédica. Vale decir que Jesús habló de siembra para haber
cosecha. No habló que la “gracia irresistible atraería a los electos” a la
salvación. Sino que “El sembrador salió a sembrar”…Sigo esperando que los
calvinistas me muestren un versículo que diga que la gracia es irresistible.
La
semilla que cayó a la orilla del camino (Mateo 13:4), son personas que oyeron
la palabra y no la entendieron. Viene satanás y quita la palabra de su corazón
para que no crean y se salven (Lucas 8:12). El texto nos hace entender que si
hubiera tratado de entender, el enemigo no habría robado el mensaje y podría
salvarse.
Ya
en la semilla que cayó en pedregales, La persona recibe la palabra con gozo y
cree por algún tiempo, pero por no haber echado raíces, en la hora de la
prueba, o en la persecución por causa de la palabra, luego tropieza (Lucas
8:13; Mateo 13:20,21). Sé que eso que voy a decir va doler a los hermanos
calvinistas, pero aquí Jesús habló de alguien que recibió su palabra con gozo y
creyó (fue salvo y lo siguió) por algún tiempo, pero no echó raíces, no hizo un
discipulado, no creció espiritualmente; por eso no permanece. Esa enseñanza del
maestro hace polvo a la “perseverancia de los santos”.
Reforzando
la doctrina del párrafo anterior, Los que cayeron entre espinos son los que
oyen la palabra y yéndose, son ahogados por afanes, riquezas y los placeres de
la vida (Lucas 8:14). Uno oye la palabra pero el materialismo lo impide de
seguir. No dice que no era “escogido”, sino que prefirió la plata y la
carnalidad.
En
la cuarta semilla, la que cae en buena tierra, son los que oyen y entienden la
palabra (Mateo 13:23) y retienen la palabra oída y dan fruto con perseverancia
(Lucas 8:15). Si la persona oye y entiende es lo necesario para recibir la
salvación. Si uno retiene la palabra oída da fruto con perseverancia. No habló
Jesús que ese era electo o que había sido regenerado de antemano y ni recibió
fe para creer. Cualquiera puede recibir la salvación, dependiendo de la actitud
que uno va tomar al oír la Palabra.
Conclusión
En
los cuatro casos, Jesús contradijo la “soberanía divina calvinista” y los
mismos fueron ejemplos del libre albedrío. Jesús habla de personas que “oyeron
la palabra y creyeron por algún tiempo” y que en la hora de la prueba, se apartaron.
No dijo Jesús que no fueron salvos, sino que no perseveraron y no dieron fruto.
Y de otros que escucharon la palabra pero prefirieron el materialismo y los
placeres mundanos. Todos los Cuatro casos tuvieron la posibilidad de salvarse.
Esta parábola desmiente completamente la depravación total, elección
incondicional, expiación limitada, gracia irresistible y perseverancia de los
Santos. El Jesús de la Biblia, nada tenía que ver con el calvinismo!
Amén!.
ResponderExcluirEsta parábola también nos ayuda a entender la conversión de Lidia (Hechos 16:14).
Ella era un terreno fértil ("... que adoraba a Dios, estaba oyendo") y por eso Dios la uso para su propósito.