Al contrario de lo que enseñan los calvinistas, con
sus cinco puntos, se analizamos bíblicamente las doctrinas de Jesús,
encontramos que la salvación se pierde! Echemos un vistazo en el versículo a
seguir:
“ El que en mí no permanece, será
echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y
arden”.(Juan 15:6).
Al mirar la expresión “el que en mí no permanece”,
un calvinista puede decir que ese nunca fue salvo, porque no era escogido, por
eso no permaneció, ¿verdad? Pero Jesús está hablando de (un pámpano) alguien
que estaba en Él (La vid) y no permaneció, por eso será echado en el lago de
fuego. Se estaba “en Él” estaba salvo, pero si no quiere quedar “en Él”
entonces será echado fuera, se secará e será echado en el fuego. Aún en ese
texto, Jesús está reconociendo el libre albedrío, porque hay personas que no
quieren permanecer en Él.
Cuando analizamos la cita bíblica de Marcos capítulo
9 de los versículos 43 al 48, podemos llegar a la misma conclusión: la pérdida
de la salvación. En ese texto Jesús enseña que “se tu mano te es ocasión de
caer, córtala, porque mejor te es entrar en la vida manco,
que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado”.
Jesús habla de alguien que está de pie (salvo), pero que su mano lo puede hacer
pecar, cayendo y no entrar en la vida (cielo). Entonces dice que es mejor cortarla,
que con el cuerpo entero ser echado en el lago de fuego. Lo mismo habla del pie
y del ojo. Si eso no es perder salvación, ¿qué será?
En otra oportunidad, cuando hizo el sermón
profético, Jesús advirtió a los siervos a ser fieles, como podemos ver en
texto.
45 ¿Quién
es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para
que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo
al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así. 47 De
cierto os digo que sobre todos sus bienes lo pondrá. 48 Pero si
aquel siervo malo dice en su corazón: “Mi señor tarda en venir”, 49 y
comienza a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y
a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente y pondrá su
parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mateo
24:45-51).
Primero Jesús habla del siervo fiel y prudente, que recibirá
recompensa cuando venga su Señor. Después habla de un siervo malo, que cree que
su Señor está tardando en venir y comienza a maltratar sus consiervos y a
emborracharse. Jesús está hablando de un siervo que se puso malo, alguien que
sirve a su señor. No se refería a uno que no conocía a su dueño. En otras
palabras: un creyente que comienza a hacer lo malo. Viene su señor en el día
que no espera y a la hora que no sabe. ¿No será así en la venida de Jesús?
Bueno, ese siervo será castigado y se va al lugar donde se van hipócritas,
donde hay lloro y crujir de dientes (lago de fuego). Este último, aún que era
siervo, claramente se puede notar que perdió su condición de siervo y se fue con
los hipócritas.
Hay otros textos que podríamos citar pero creo que
queda clara la enseñanza de Jesús con respecto a la salvación. Nadie puede
arrebatar de las manos del Señor, pero uno puede “no permanecer”. El que no
permanece de pie, o entonces pierde la expectativa de la venida del Señor,
haciendo lo malo, también pierde la condición se siervo y de salvo. No hay
vueltas que dar. Permanezca con las enseñanzas de Jesús y no con la de ningún
hombre.
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